No solo los grandes actores del mundo agrícola sacan cuentas alegres por el rendimiento de los campos chilenos. Los fondos de inversión son actores que poco a poco ganan terreno.
Actualmente, campos agrícolas muestran fuertes incrementos en su valor durante los últimos años. Según Colliers, en la región del Maule, una hectárea cuesta cerca de $ 18 millones, esto es $ 10 millones más de lo que valía en 2015.
Lo anterior ha despertado el interés de fondos de inversiones que, en la búsqueda de mayores retornos, diseñaron vehículos específicos para este negocio.
“Es un sector atractivo porque la rentabilidad de estos cultivos ronda entre 10%-12%, la experiencia productiva de Chile como país productor y exportador y las ventajas con el tipo de cambio”, destacó el gerente del Área Agrícola de la consultora Colliers, Rodrigo Gil.
“Los fondos participan en diferentes tipos de negocios: proyectos nuevos por desarrollar, reconversión de proyectos agrícolas y por último, iniciativas agrícolas con renta, es decir, campos plantados que estén entrando en plena producción”, detalló Gil.
A la fecha, existen tres actores presentes en este rubro: Sembrador Capital, Toesca y Credicorp.
Sembrador Capital nació en 2004 desde una iniciativa conjunta de Subsole —una de las principales exportadoras de frutas de Chile— y LarrainVial, gestiona un patrimonio de más de US$ 280 millones a través de cuatro fondos, tres de los cuales están en Chile.
Con campos distribuidos entre las regiones de Coquimbo, O’Higgins, Maule y Ñuble, el fondo “Sembrador IV”, se encuentra en pleno proceso de inversión, con un cierre estimado hacia 2029. La cartera del fondo posee 1.886 hectáreas, de las cuales 1.598 están sembradas.
Toesca es otra de las gestoras que participa del segmento con su fondo de inversión “Renta Agrícola”. A través de la sociedad Renta Agrícola SpA, constituida junto el vehículo en junio de 2021, administra su posición en el predio agrícola “Hacienda Los Monos” de 350 hectáreas brutas, ubicado en la comuna de Molina, Región del Maule.
El terreno fue entregado en arriendo a Agrícola La Hornilla, empresa dedicada a la producción de fruta de exportación y principal accionista de la exportadora Gesex. Al cuarto trimestre de 2022, el campo contaba con 246 hectáreas plantadas, de las cuales el 31% son cerezas, 61% nectarines, 5% ciruelas y el 3% restante duraznos, con una producción en régimen estimada de 780.000 cajas y una venta anual de US$ 11,5 millones. El plazo de liquidación del fondo se estableció a junio de 2031.
El gerente inmobiliario de Toesca, Augusto Rodríguez, explicó a DF que los inversionistas institucionales “han adquirido en los últimos dos años no menos de 15.000 hectáreas destinadas a la producción frutícola” en el sector agrícola, apuntó.
“Han puesto sus fichas en el sector agrícola por la vía de exportadoras de fruta como también en la compra directa de campos, adoptando niveles de clase mundial en lo que se refiere a tecnología aplicada, sistemas de control y reporting, entre otros”, añadió.
El fondo de inversión “Tierras del Sur” de Credicorp es una de las alternativas que ya está de salida. Consistente en tres terrenos repartidos dentro de la X Región y una superficie total de las propiedades que alcanza las 1.227 hectáreas, se encuentra liquidando sus activos.
Según los últimos reportes, los terrenos están siendo ofrecidos a la venta a través de los corredores de la zona. Se espera que la operación se termine al 20 de septiembre de 2023.
El sector de inversión agrícola entusiasma a los inversionistas, sobre todo ante proyecciones de una creciente población. “Se estima que la oferta de alimentos debería aumentar alrededor de un 50%, por ende, hay que aumentar la superficie plantada para poder combatir este déficit”, proyectó Gil de Colliers.
“El componente de valor de la tierra presenta una protección para parte importante del capital invertido, sirviendo además como una protección a riesgos inflacionarios”, agregó Rodríguez, de Toesca.
Toesca AGF está preparando otro fondo orientado a la producción frutícola, que buscará “retornos mayores, pero a su vez está expuesto al negocio de forma directa, con foco en campos en la zona centro y centro sur del país, para la producción de fruta principalmente destinada a la exportación”, anticipó el ejecutivo.
Esto a pesar de que el déficit hídrico y las temperaturas extremas amenazan con impactar directamente en las cosechas y, por lo tanto, en la rentabilidad de los cultivos.
Sin embargo, se estarían tomando medidas “como sondas para monitorear humedad, capturas satelitales para determinar estado hídrico, los que permiten hacer el riego más eficiente, usando una menor cantidad de agua”, concluyó Gil.
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